¿Playa o
montaña? ¿Hotel o apartamento? Son muchas las decisiones que hay que tomar
antes de irse de vacaciones pero algunos deben pensar en un detalle: “qué
hacemos con el gato.”
Tenemos
varias opciones, que pasamos a describir.
GATO EN CASA
En periodos
cortos de vuestra ausencia, no tenéis por qué llevaros a vuestro gato. El viaje
le produce un gran estrés, no superado, por el de adaptarse al nuevo entorno en
el destino.
Por lo
general, los gatos son animales muy territoriales y conservadores que no
soportan los cambios. Así, una buena opción será dejarlo en casa contando con
una persona que pueda visitarlo cada uno o dos días para que le cambie la
comida, le limpie la bandeja y juegue un rato con él. Debe ser alguien, (a ser
posible con quien esté familiarizado el animal) en quien confiemos y que sea
capaz de llevar a vuestro minino al veterinario si sucede algo.
En el caso
de que sea una salida de fin de semana no sería necesario que fueran a
visitarlo siempre y cuando dejéis suficiente provisión de pienso y agua y
varias bandejas con arena limpia. No es conveniente que se quede solo más de
dos o tres días porque, estar mucho tiempo sin compañía también puede causarle
estrés.
DESPLAZAMIENTO
A OTRO DOMICILIO
Si
no tenéis más remedio que dejarlo al cuidado de una persona en su casa, debemos
llevar sus recipientes de comida, su bandeja de arena, su juguete y comida
favoritos y, si es posible, su sitio para dormir. Puede que, al principio, el
animal esté asustado y no quiera comer por lo que facilitaría mucho las cosas
que vuestro gato estuviese familiarizada con el ambiente y la persona que va a
hacerse cargo de ella.
RESIDENCIAS: ELIJE CON CUIDADO
RESIDENCIAS: ELIJE CON CUIDADO
Si
ninguna de estas dos opciones os convence, hay una tercera posibilidad: las
residencias, que no sólo significan un cambio de ambiente sino que el gato
estará con personas que no conoce por lo que la elección debe ser muy
cuidadosa. Aún así, muchos de ellos ofrecen también asistencia a domicilio: se
ocupan de ir a vuestra casa, cambiarle el agua y la comida al gato y de pasar
un rato con él.
Si
no hay más remedio, pide que te enseñen el lugar que ocupará tu mascota y fíjate
bien en los gatos que estén allí alojados. Observa las bandejas de arena, los
bebederos y si los gatos están contentos, si tienen juguetes… Lo normal es que ellos, a su vez, te pidan la
cartilla de vacunación, al día, fundamental para que el animal no contraiga
ninguna enfermedad infecciosa o parasitaria.
No
estaría de más, llevar al gato un par de veces antes de dejarlo allí para su
estancia vacacional, con el fin de comprobar si se adapta bien al lugar. No
olvides que la residencia debe ofreceros a tu gato y a ti, la mejor atención.
NO SIN MI GATO
Pero
si eres de los que no puedes separarte de tu mascota y quieres incluirla en tus vacaciones, debes planificar
el viaje con tiempo. Llévate sus cosas (comedero, cama, juguetes…). Cuando llegues al destino se asustará al
encontrarse en un ambiente extraño. Deja que lo olfatee todo y adquiera confianza.
El
primer paso para preparar el viaje debe ser la visita al veterinario que,
además de realizarle una revisión al gato, os dirá si necesita alguna vacuna
dependiendo del itinerario y el lugar al que vayas. Tendrás que llevar la
cartilla veterinaria al día y, si viajas al extranjero, el gato tiene
que estar identificado y tener pasaporte,
algo obligatorio en la Unión Europea.
Sería
importante tener localizada una clínica veterinaria con servicio 24 horas en el
lugar de destino. A vuestro regreso, es conveniente volver a visitar al
veterinario para una nueva revisión.
EL TRASLADO
Los
gatos no son grandes compañeros de viaje así que, si el desplazamiento lo vais
a hacer en coche, lo mejor, es realizar desplazamientos cortos para que se vaya
acostumbrando antes del viaje más largo. Es preferible que viaje con el
estómago vacío pero, cada dos o tres horas, debemos parar para que pueda beber
agua fresca, procurando no sacarlo del trasportín (podría escapar). Durante las
paradas en el camino, no dejes solo al animal en el coche.
Si
no podemos evitar viajar en avión, en
barco o en tren, lo primero que debemos hacer es ponernos en contacto
con la compañía en cuestión, y preguntar por su normativa respecto a la
admisión de animales domésticos. En los aviones
no suele haber problemas con los gatos pues, por regla general, las compañías
aéreas los aceptan como equipaje de mano siempre que el trasportín y el peso
del animal no superen los 6 kilos. En los trenes se permiten los gatos, con su trasportín y sus
correspondientes certificados, en los cercanías, regionales y en los
coches-cama para trayectos largos (animales de no más de6 kilos). En los
barcos, el animal viajará en
la bodega de carga aunque se permite visitarlo durante el viaje. Las compañías
de autobuses, generalmente,
no los admiten pero es conveniente que se informe por si pudiera llevarlo en su
trasportín. Nosotros no recomendamos
nunca, que viajen en el maletero del autobús. Son muy frecuentes los golpes de
calor.
Una última opción (y no por ello la peor) son las empresas de mensajería que ofrecen servicios para trasladar a animales de compañía dentro de un compartimento, en un vehículo especialmente acomodado y con servicios veterinarios en la salida y en la llegada. Es conveniente consultar las condiciones del viaje.
Una última opción (y no por ello la peor) son las empresas de mensajería que ofrecen servicios para trasladar a animales de compañía dentro de un compartimento, en un vehículo especialmente acomodado y con servicios veterinarios en la salida y en la llegada. Es conveniente consultar las condiciones del viaje.
FEROMONAS FELINAS
Las
feromonas faciales sintéticas felinas,
reducen en gran medida el efecto de estrés que todos estos cambios descritos,
producen en los felinos.
Crea
un estado de seguridad en el entorno que rodea al gato, haciendo que le resulte
familiar.
Por este motivo, las feromonas pueden utilizarse
para ayudar a que el gato se sienta seguro y que el entorno le resulte
confortable,
Hay
dos formas de aplicación en el entorno del felino.
PULVERIZADA: Muy útil para
el trasportín en los desplazamientos, tanto si son viajes, como si son al
veterinario. También, en ambientes nuevos, se puede pulverizar sobre la cama
del animal para proporcionarle sensación de bienestar y elevar así el umbral de
estrés.
DIFUSOR: Ideal para
ponerlo en casa cuando el gato se va a quedar solo unos días, o para
llevárnoslo de vacaciones y enchufarlo en el lugar de destino, o en la
residencia, si no queda más remedio que dejarlo ahí.
Deseamos,
que os hayan sido útiles estos consejos. No dejéis de consultar a vuestro
veterinario todas las dudas que os surjan respecto al bienestar de vuestro
gato.
Os dejamos
una interesantísima dirección en la que podéis informaros del uso de estas
feromonas www.feliway.com
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